Todo niño descubre con sorpresa, en algún momento, que tiene un ombligo. Herbert también.
No entiende nada. ¿De dónde ha salido ese agujerito? ¿Se habrá hecho daño? ¿Será grave?
Herbert se ve arrastrado por su propia fantasía. Totalmente confuso, va corriendo junto a su mamá.
Por suerte, ella puede consolarlo y contarle por qué tiene ese hoyo tan raro en la barriga.
Un gracioso y tierno cuento ilustrado en el que se resuelve el misterio del ombligo.