El cumpleaños del príncipe Pedro se avecina. Por eso el rey y la reina imaginan magníficos regalos para darle: una armadura, una carroza, una corona nueva… ¡Pero no! El príncipe lo que quiere es un oso de peluche.
Cuando llega el esperado día, el regalo resulta ser bastante pesado: un oso de oro macizo. Con ingenio y sencillez, este libro nos confirma que el mejor regalo que cualquier persona puede recibir, especialmente un niño, no son cosas materiales: es el afecto.
Las ilustraciones del reconocido autor inglés propician una rica lectura de imágenes.